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BLOG  E L Í G E T E

Aquí podréis visualizar contenido que hemos dado en las diferentes sesiones de la Intervención Comunitaria E L Í G E T E.

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Gestionando el ESTRÉS

  • carlosanz971
  • 23 dic 2024
  • 4 Min. de lectura

El estrés es la respuesta que nuestro cuerpo realiza ante una situación que se interpreta como peligrosa. El grado en el que se manifiesta este estrés depende de la personalidad del individuo y de cómo afronta los sucesos que ocurren a su alrededor.


Todas las personas hemos sentido estrés en algún momento de nuestra vida: ante un evento que nos genera nerviosismo, ante un desafío, una situación peligrosa o ante múltiples obligaciones que nos cuesta gestionar.


La gestión ante el estrés va a ser diferente en cada persona. Cada uno reaccionará de una forma concreta, por lo que siempre respetaremos a ese compañero, a quien la situación le está afectando de esa forma que tú sí has sabido gestionar o no.


Además, ese estrés también influye a nuestro sistema nervioso, como el cerebro. Esto se debe a las hormonas del estrés liberadas por nuestro cuerpo que hacen acelerar el ritmo cardíaco y a la respiración, provocando en nuestra mente un mayor estado de alerta.


Por otro lado, la ansiedad es un sentimiento de miedo, preocupación o malestar. Puede ser una reacción al estrés, o también puede ocurrir en personas que no pueden identificar factores estresantes significativos en su vida.



El estrés y la ansiedad no siempre son malos. A corto plazo, pueden ayudarnos a superar un reto o una situación peligrosa, nos hace capaces de afrontarla con una respuesta adaptativa, en la que nuestro cuerpo se adapta y experimenta emociones agradables ante dicha situación. Es un estrés motivador y estimulante.


Lo conocemos como “eustrés”. Nos ofrece estos beneficios:

  • Duración corta de malestar.

  • Resolución de problemas de forma directa.

  • Mejor manejo de emociones.

  • Aumento del rendimiento y de la productividad.

  • Aumento de la energía y motivación.

  • Estimulación de la creatividad.



Sin embargo, cuando el estrés se relaciona directamente con la angustia, la ansiedad y la tensión, y no sientes motivación para hacerle frente, incluso te sientes desbordado, estaríamos hablando de un estrés negativo o “distrés”.

  • Duración larga de malestar.

  • Ansiedad y constantemente preocupados.

  • Incapaces de afrontar la situación.

  • Sentimientos desagradables.

  • Se reduce la productividad y el rendimiento.

  • Desarrollo de problemas físicos y mentales.


Para manejar el estrés lo primero es aprender a reconocer las señales, a identificar los signos que me tienen que alarmar de que me encuentro con este malestar. Una vez reconocidas estas señales de alarma tendré que entender qué situación me ha llevado a sentir estrés. Estas situaciones se conocen como “tensionantes”, y pueden ser la familia, la escuela, el trabajo, nuestras relaciones interpersonales, problemas económicos o problemas de salud. Una vez identificado esta situación “tensionante” hay que buscar una solución que le permita liberarse de ese malestar.


Hay diferentes estrategias para manejar el estrés:

  • Reconoce lo que no puedes cambiar. Aceptar que hay cosas que no puede modificar te ayudará a relajarte. Por ejemplo, no se puede evitar que haya tanta gente en el metro, pero puedes escuchar música para que el viaje sea más agradable.

  • Evita situaciones estresantes. Siempre que sea posible, aléjate de lo que te cause estrés. Por ejemplo, si estás en una bronca en casa, sal a caminar o toma aire fresco.

  • Haz ejercicio. Practicar deporte todos los días es una excelente forma de manejar el estrés. Puede ser caminar, correr, bailar o hacer yoga por al menos 30 minutos. Post “Sesión 1 – Puntos Clave”.

  • Cambia tu perspectiva. Intenta ver los problemas desde otro punto de vista. Si piensas "todo me sale mal", trate de pensar "esto es un desafío, puedo encontrar la solución".

  • Haz algo que te guste. Para aliviar el estrés, haz algo que disfrutes, como leer un libro, ver una serie o dar un paseo por el parque. Intenta dedicarte tiempo todos los días.

  • Aprende a relajarte. Practica técnicas como la respiración profunda o la meditación. Esto ayuda a reducir el estrés y la tensión.  Lea estos posts “¡Aprendamos a respirar!”, “Mandalas y relajación ¿cierto?” y “Carretera de les Aigües”, “La ermita de San Ramón”.

  • Conecta con los demás. Pasar tiempo con amigos o familiares puede hacerte sentir mejor. Hablar con alguien de confianza también te ayudará a ver las cosas de manera diferente.

  • Duerme lo suficiente. Dormir bien te ayudará a sentirte más alerta y con energía. Intenta descansar entre 7 y 9 horas cada noche. Te dejo aquí los siguientes posts “Manual para dormir” y “¡A descansar!”.

  • Mantén una dieta saludable. Comer bien te dará la energía que necesitas para enfrentar el estrés. Tal y como hablamos en la sesión de “Alimentación y adicciones”.

  • Aprende a decir no. Si estás sobrecargado de tareas, aprende a rechazar compromisos innecesarios y a pedir ayuda cuando la necesites.

 

Sin embargo, al sentirse estresado una persona puede recurrir a comportamientos poco saludables que “lo ayuden a relajarse”. Estos comportamientos pueden ayudarle a sentirse mejor a corto plazo, pero a la larga acaban por hacerle más daño. Estos comportamientos son:

  • Comer en atracones.

  • Fumar cigarrillos o marihuana.

  • Beber alcohol.

  • Consumir otras drogas.

  • Autolesionarse.

  • Dormir demasiado o insuficiente.


 

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